RECETA DE LADYFINGERS de JULIA CHILD

Hola bloggers,

Una semana más nos ponemos a trabajar siguiendo las indicaciones de Julia Child. Hoy os proporcionamos la receta de sus LADYFINGERS. Los ladyfingers pueden servirse solos o unirse con un glaseado o una crema por su parte plana para acompañar un té o un café, o utilizarse como ingrediente para múltiples recetas de repostería.

Como ya he comentado en alguna ocasión, seguramente existirán diferentes versiones de esta receta, pero nosotras os proporcionamos la que hizo en su día Julia Child, puesto que ese es uno de los objetivos de este blog: acercar a las personas interesadas de habla española, tanto la traducción como la ejecución de las recetas de esta cocinera, americana de nacimiento, pero apasionada pòr la gastronomía francesa.

Como es habitual, espero que esta receta os resulte útil.

LADYFINGERS de Julia Child

Biscuits â la Cuiller

Biscuits â la Cuiller están entre los petits gâteaus secs más antiguos. Antes de que se inventaran las mangas pasteleras, se utilizaba una cuchara para coger la masa de los ladyfingers, y de ahí su nombre francés (galletas a la cuchara).

La masa para los ladyfingers es parecida a la de un bizcocho, con una base de crema espesa de yemas y azúcar, luego harina y finalmente claras a punto de nieve. Debes prestar especial atención a la consistencia de la masa, ya que debe mantener su forma, por lo que deberás batir y luego mezclar las claras con cuidado. Una masa demasiado líquida hará que los ladyfingers queden aplastados en lugar de redondeados.

Para 24 - 30 ladyfingers

Precalienta el horno a 150º C

- 2 hojas de papel de horno de 30 x 60 cms

- 1 cucharada de mantequilla ablandada

- harina

- una manga pastelera con boquilla de aproximadamente 1 cm de diámetro

- 1 ½ tazas de azúcar en polvo en un tamiz o colador

Prepara el papel de horno: engrásalas ligeramente con mantequilla y espolvorea con harina. Retira el exceso de harina. Prepara la manga pastelera y mide los ingredientes.

La masa

- 1 batidora eléctrica o batidor de varillas

- ½ taza de azúcar granulada

- 3 yemas de huevo

- 1 cucharilla de vainilla

- Un bol de mezclar con capacidad para 3 litros

Gradualmente bate el azúcar con las yemas de huevo, y continúa batiendo durante varios minutos hasta que la mezcla sea espesa y de color amarillo claro.

- 3 claras de huevo

- 1 pizca de sal

- 1 cucharada de azúcar granulada

- 1 bol de mezclar

Bate las claras con la sal en el otro bol hasta que se formen unos picos blandos. Añade el azúcar y bate de nuevo hasta que los picos se hagan firmes.

- 1 espátula de goma

- ²/3 de taza de harina tamizada y puesta otra vez en el tamiz

Vierte la ¼ parte de las claras sobre la mezcla de yemas y azúcar. Añade también la ¼ parte de la harina y mézclala delicadamente hasta que se haya incorporado. Luego, añade la ¹/3 parte de las claras restantes, y tamiza encima la ¹/3 parte de la harina que queda. Une hasta que se haya mezclado parcialmente, y repite con la mitad de cada. No intentes mezclar muy vigorosamente o la masa bajará. Debe quedar ligera e hinchada.

Cómo dar forma a los ladyfingers

Prepara la manga pastelera con la masa. Sobre las hojas de papel de horno, ve formando “dedos” de unos 10 cms de largo y 3 cms de ancho, separados 2 cms unos de otros. Espolvorea una capa de azúcar en polvo de 1,5 mm de espesor sobre ellos. Para eliminar el exceso de azúcar, pon la hoja de horno del revés y dale un golpecito suave. Los ladyfingers no se moverán, a no ser que lo hagas bruscamente.

Cómo hornear los ladyfingers

Hornéalos en la mitad del horno precalentado durante unos 20 minutos. Los ladyfingers estarán ya hechos cuando adquieran un color marrón pálido por debajo de la capa de azúcar. Deberían quedar ligeramente crujientes por fuera y tiernos pero secos por dentro. Si no se hornean lo suficiente, se pasarán cuando se enfríen y si están demasiado horneados, se secarán. Tan pronto como estén hechos, retíralos del papel de horno con una espátula y déjalos enfriar sobre una rejilla de horno.

Bon appétit!

M.G. traduciendo para Entre ollas anda el fuego